A estas alturas, es muy probable que hayáis visto más de un tipo de modelo nutricional. Estas famosas guías que nos ofrecen recomendaciones para comer de manera más saludable.
Pese a que ha habido y siguen habiendo muchísimos, sin duda el más conocido es de la pirámide nutricional. Un nombre que le viene como anillo al dedo, y es que al igual que las antiguas estructuras egipcias, ambas son del año de la pera y se deterioran cada vez más rápido con paso del tiempo. Lo cierto es que muchas personas siguen pensando que este esquema es el santo grial de nuestra alimentación, al cual debemos recurrir en todo momento para alimentarnos.
¿Es la pirámide una buena guía nutricional? ¿Necesitamos REALMENTE modelos que nos indiquen lo que debemos comer?
Si quieres conocer las respuestas a estas preguntas, estás en el artículo adecuado, ¡¡VAMOS ALLÁA!!
LA «EVOLUCIÓN» DE LA PIRÁMIDE
Aunque generalmente se piense que la primera pirámide alimenticia surge en los Estados Unidos, lo cierto es que ya en la década de 1970, el gobierno Sueco instauró un modelo nutricional para su población en forma de pirámide. Sin embargo, no sería hasta el año 1991, cuando el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) creó la primera pirámide reconocida, que posteriormente cada país reinterpretaría.
Este arcaico modelo (tanto en contenido como en presentación) es la «madre» de todas las pirámides actuales. En ella ya se vislumbran errores:
El primero que nos encontramos es la localización de los cereales en el primer peldaño, en vez de los vegetales y las frutas, que deberían ser la base de toda alimentación. En el tercer escalón están la leche, el queso, los huevos y el pescado, todo mezclado con las carnes. Además sin especificar el tipo de carne. Todos ellos son alimentos bastante distintos entre sí, que no deberían tener las mismas recomendaciones. Y ya en el último peldaño, se incluyen las grasas (sin especificar el tipo) con el azúcar, englobando también los aceites como el aceite de oliva virgen extra. Sin duda, ambas no tienen nada que ver, y esas grasas que ponen en lo alto de la pirámide son super necesarias para nosotras
Como comentaremos luego, es aquí donde empezaba la odisea de los modelos alimentarios. Los cuales siempre iban a estar enfocados en la misma dirección: dar recomendaciones muy categóricas, para población general, sin tener en cuenta que la mayoría de la población no es «general».
14 años después, en 2005, la USDA decide POR FIN cambiar su antiguo modelo por uno nuevo llamado «MyPiramid». Si nos paramos a pensar, tendría que ser un modelo que con el paso de los años debería haber mejorado notablemente a su predecesor… La realidad es que aunque se arreglaron algunos puntos, esta nueva pirámide fue un desastre.
Como se puede apreciar a simple vista, es un caos. No sabes si tienes que escalar hasta consumir más carne, si el porcentaje de consumo lo representa cada cuña… El único punto positivo, y el cual encaja con el modelo, es la inclusión de la actividad física como factor fundamental.
Por el resto, la pirámide es un lío. Al igual que en la anterior, los cereales están en la base y no se indican ni si son integrales. En el último estrato (intuyo que es el último porque no queda nada claro) junto a las carnes y el pescado se incluyen las legumbres, todo un disparate.
Ahora paraos a pensar un momento; estas pirámides, o algunas muy similares son LA ÚNICA fuente de conocimiento nutricional que nos dan durante toda nuestra educación obligatoria. Una guía super generalizada, con recomendaciones muchas veces desfasadas y sin apenas tener en cuenta otros muchos factores que influyen en nuestra alimentación.
¿El fin de las pirámides?
Ya en 2010, la USDA decide eliminar el modelo de la pirámide, cambiándolo por el de un plato. Pretendían que fuera más fácil de comprender para la población si se presentaba de esta manera. Esta guía llamada MyPlate era muuuy general, y seguía sin especificar muchas cosas. Es por eso que un año después, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (HSPH) modifica varios de los aspectos de la guía creando «El plato para comer saludable».
Sin duda el mejor modelo de los que hemos visto hasta ahora. Incluye muchos detalles y especificaciones, los cuales en los anteriores no se habían tenido en cuenta. Se implementa por primera vez una recomendación de hidratación y la importancia del consumo de agua, además de especificaciones en cuanto a las grasas o la elección de los cereales, incluyendo por fin los integrales. Además, ya se empiezan a ver recomendaciones un poco más aceptables, ya que si lo trasladáramos a porcentajes el 75% de esta alimentación es de origen vegetal. También hay hueco, aunque de manera muy general, para la actividad física. A nivel visual, sin duda es mucho más intuitivo que una pirámide, lo cual ayuda al entendimiento. Sin embargo, como todos los modelos, sigue teniendo limitaciones que explicaremos más tarde.
PIRÁMIDES IMPORTANTES EN ESPAÑA
Debido a nuestra situación geográfica, España siempre ha llevado por bandera la «dieta mediterránea», siendo esta la base de muchos de los modelos piramidales. Son varias las guías planteadas a lo largo de los años, entre las que destacan la pirámide NAOS elaborada por AECOSAN y las creadas por la SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria).
En 2015, la SENC lanza su primer modelo, bastante más actualizada que las anteriores pirámides.
Lo primero que llama la atención de esta pirámide, es que la base no son grupos de alimentos, sino hábitos. Por primera vez en este tipo de modelos, se tienen en cuenta elementos como la cocina o el bienestar psicológico. Además de eso, se dan recomendaciones sobre actividad física e hidratación. Esto es un punto positivo, ya que nuestra alimentación no solo depende de elegir alimentos y ya, sino que nuestros hábitos tienen gran influencia en ella. Aún así, el punto del balance energético va totalmente en contra de establecer unos hábitos saludables. Hace referencia a las calorías, y a obsesionarse con contarlas, olvidando los alimentos de las que provienen.
Una vez más, en la base de los grupos de alimentos, encontramos los cereales en vez de los vegetales (verduras, frutas…), un error muy común en las pirámides. El punto positivo es que se especifica que deben ser integrales, y además se incluyen alimentos que SÍ deberían ir en la base como las legumbres o frutos secos como las castañas. Además, se incluye una anotación de consumo de cereales en función de la actividad física, lo que hace que este escalón esté completo pero colocado en el lugar incorrecto.
Pero sin duda es en el cuarto escalón donde encontramos uno de los mayores fallos. Frutos secos como los anacardos o las nueces compartiendo peldaño con el pescado o los huevos. Hablamos de alimentos de origen vegetal que aportan proteínas y grasas de calidad, y los tenemos tan arriba…
No sería hasta 2019, cuando una vez más, la SENC renovaría su modelo de 2015 lanzando una nueva pirámide.
Una guía que como podéis apreciar, no cambia absolutamente NADA. Simplemente los colores y algunas anotaciones extras. Y para crear este modelo, idéntico al que habían sacado hacía con 4 años, necesitaron según ellos la ayuda de 100 profesionales de la nutrición y la salud para llegar a un consenso.
Profesionales de la nutrición y de la salud siguen poniendo legumbres y frutos secos en el cuarto escalón y las verduras y frutas en el tercero, así está el panorama.
Y lo cierto es que hasta ahora no lo había comentado, pero el tema de las raciones… ¿Raciones en base a qué?
Por último, ¿os habéis parado a mirar en el último escalón si mencionan las bebidas azucaradas o siquiera hay algún dibujo? Vaya… qué curioso. Supongo que no tendrá nada que ver con los 61.000 euros destinados, tan solo en 2019, por parte de Coca cola para proyectos de la SENC. Yo creo que serán meras casualidades, ¿no?
¿Por qué no son un modelo de alimentación saludable?
Tras haber expuesto varias pirámides, describiéndolas de manera específica, creo que ya es obvio que no son un buen ejemplo. Pero por si todavía no me creéis… aquí van las razones:
- UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE VA MÁS ALLÁ DE ESTO: Estas guías se elaboran con la finalidad de que la gente adquiera una alimentación saludable. Sin embargo, solo muestran la punta del iceberg, la elección de los alimentos. Además de manera muy genérica y con bastantes fallos. No se tienen en cuenta aspectos como la alimentación consciente, no se habla de consumo ecológico… se reduce todo a la elección de grupos de alimentos según determinadas frecuencias y ya.
- SON MODELOS MUY GENERALES: Inicialmente se plantean para población general, pero para empezar ¿Qué es la población general? Son muchísimas las personas que hoy en día no pueden permitirse el lujo de una «alimentación general». La mayoría de la población se ve afectada por algún tipo de patología nutricional, que hace que sus recomendaciones cambien totalmente. Ya sean TCA, enfermedades digestivas, cardiovasculares… Para todas esas personas (que son bastantes) estas pirámides son totalmente nulas. ¿¿¡¡Qué sentido tiene entonces gastar recursos económicos y profesionales en la elaboración de estos modelos!!??
- ¿RACIONES EN BASE A QUÉ?: Todos estas guías hablan de raciones diarias. Raciones generalmente basadas en el IMC y la edad de las personas. Otro absoluto disparate y otra de las características por las que están desfasadas. Aaah, pero luego en la base de la pirámide equilibrio emocional, haciendo alusión al mindful eating… Porque claro, tiene todo el sentido del mundo seguir estableciendo las cantidades que debes en comer en función a tu IMC.
- INTERESES ECONÓMICOS: Ya lo vimos en el apartado anterior, una empresa tan grande en la industria alimentaria como Coca-cola, subvencionando proyectos de una entidad encargada de hacer la pirámide alimenticia. Pero ojo, que esto no solo pasa en España. En este artículo se narra la peligrosa influencia que tienen los Lobby en la industria alimentaria, y como ya desde la construcción de la primera pirámide en Estados Unidos se empezaría a notar esta presión. (1)
- INFORMACIÓN NUTRICIONAL DESACTUALIZADA: Pese a que el último modelo es bastante reciente (2019), siguen habiendo muchos fallos, como la colocación de las legumbres y los frutos secos o la localización de los vegetales. Sin embargo, hablemos de cómo deciden ignorar uno de los hechos nutricionales más interesantes de los últimos años: la importancia de una alimentación vegetal. En todas las pirámides se siguen recomendando alimentos de origen animal para el consumo diario, pese a que haya muchísimas evidencias que indican que una alimentación vegetal es mucho más saludable y está más comprometida con el medioambiente. (2) y (3)
La nutrición NO puede ser considerada de manera tan general. Se necesitan recomendaciones individualizadas, dadas por dietistas-nutricionistas directamente implicados en el sistema de salud público. Sumando a eso, es una disciplina que está en constante cambio, y las recomendaciones evolucionan todo el rato. Establecer estos modelos es una pérdida de tiempo, y de recursos profesionales y económicos.
El futuro no está en recomendaciones generales, sino en consultas accesibles y personalizadas para cada una.
REFERENCIAS:
(1) Nestle, M. (1993). Food Lobbies, the Food Pyramid, and U.S. Nutrition Policy. International Journal of Health Services, 23(3), 483–496. doi:10.2190/32f2-2pfb-meg7-8hpu
(2) Satija, A., & Hu, F. B. (2018). Plant-based diets and cardiovascular health. Trends in Cardiovascular Medicine. doi:10.1016/j.tcm.2018.02.004
(3) Lynch, H., Johnston, C., & Wharton, C. (2018). Plant-Based Diets: Considerations for Environmental Impact, Protein Quality, and Exercise Performance. Nutrients, 10(12), 1841. doi:10.3390/nu10121841